Domingo de Adviento

Ciclo B


El adviento:

El significado de la palabra adviento es «llegada o advenimiento

«Es un tiempo de preparación espiritual, oración y reflexión para la Navidad y para recibir el nacimiento de Jesús.

En 2023, el adviento comienza el 3 de diciembre. Comienza cuatro domingos antes de la festividad de la Natividad, con una duración entre 22 a 28 días.

El primer Domingo de Adviento marca el inicio del Año Nuevo Litúrgico para los católicos.


24/12/2023

En este cuarto domingo de Adviento, que coincide además con la celebración de la Nochebuena, el Evangelio nos lleva al «sí» de María.

Es un día especialmente importante para mirar a María y prepararse con ella para recibir al Señor. Y lo primero que nos llama la atención de ella es su profunda humildad. María no se creía nada, no se creía alguien especial, de ahí su gran turbación ante las palabras del Ángel.

En segundo lugar destaca su Fe total en Dios, creyendo a ciegas y sin cuestionar su gran poder, a la hora de anunciársele que concebiría un hijo manteniendo su virginidad, cosa que superaba todo su entendimiento. De manera que hoy, para prepararnos al gran acontecimiento del Nacimiento de Jesús, le podemos pedir a María que nos conceda su aceptación de la Voluntad de Dios en humildad, no sólo para estos días, sino para toda nuestra vida.


17/12/2023

La Liturgia nos recuerda hoy la cercanía del gran Acontecimiento que está por suceder. Por eso la vela de Adviento que se encenderá hoy es de color rosa, para señalar con este color el gozo y la alegría en contraste con el color morado del resto de velas, que es signo de austeridad.

Es una manera de decir «Ya casi, pero todavía no», alentando con ello el deseo de los fieles a convertirse y prepararse para el gran momento de la Navidad.

Así mismo hace San Juan Bautista en el Evangelio de este domingo. «En medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.» Dios está con nosotros. Ya llega el Emmanuel. Es momento de prepararse, de convertirse, porque el Señor está por llegar y todo debe estar bien dispuesto.


10/12/2023

La Iglesia concede una gran importancia a la figura de San Juan Bautista en este tiempo de Adviento, este tiempo de preparación a la Venida del Señor en Navidad, porque San Juan Bautista preparó a Jesús un pueblo bien dispuesto para acoger su Palabra. Muchísimas personas acogieron bien este mensaje gracias a la predicación del Bautista.

Los primeros discípulos de Jesús eran discípulos suyos. Él les había llevado a una gran profundidad en su Fe y en su oración, y gracias a esto, tenían su corazón bien dispuesto y preparado para seguir la llamada de Jesús y convertirse en sus apóstoles. De la misma forma, el Evangelio de hoy nos invita a preparar el camino del Señor en nuestro corazón, «enderezando sus senderos», es decir, asegurándonos de que los senderos de nuestra vida estén siendo guiados por Cristo.


03/12/2023

Comenzamos este domingo el tiempo de Adviento, y con ello un nuevo año litúrgico, el ciclo B. Lo mismo que la Misa no es un mero recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo sino una reviviscencia de ellas -en el eterno presente de Dios, nos trasladamos al momento exacto en el que ocurrieron y las vivimos en espíritu-, cada año litúrgico, la Liturgia nos mete en los Misterios de la vida de Cristo y los volvemos a vivir como si estuviésemos en carne y hueso allí presentes, porque para Dios no existe el tiempo.

La Liturgia nos mete por tanto en la Eternidad y la Eternidad se mete también en nuestra vida ordinaria, que es lo que hace que nuestra vida como cristianos sea tan trascendente. El Adviento es el tiempo litúrgico en el que esperamos la llegada del Mesías. Es un tiempo preparatorio para vivir el momento cumbre del inicio de la vida de Cristo, el Nacimiento, que es la Navidad. Por eso, durante estas próximas cuatro semanas las Lecturas nos van a hablar de ese tiempo de gracia que está por llegar y de estar preparados para acogerlo de la mejor manera posible.


IV DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.»

18/12/2022

Un hombre normal, y Jesús era mucho más que un hombre normal, ama a su madre. Un hombre normal no querría que hicieran daño a su madre ni que hablaran mal de ella. Todo lo contrario. Le gustaría que los demás tuvieran detalles de cariño y de amor hacia ella. Por eso no tiene sentido amar a Jesús sin amar a su madre. Él mismo nos la dio por madre estando a punto de expirar en la Cruz.

Los católicos no adoramos a la Virgen como si fuera una «diosa», pero sí la veneramos, rindiéndole un culto que se llama hiperdulía, es decir, un culto superior al que podamos rendir a los santos, pero que no tiene nada que ver con el culto de latría, que es el culto que rendimos a Dios con exclusividad.

Acoger a María, de esto se trata. Y esto es lo que hay que hacer para volver a la raíz de nuestra Fe. En la raíz está la Virgen, porque fue a través de ella y gracias a su Fiat que el Verbo se hizo carne. Por eso no hay que tener ningún miedo en acogerla. Pero este acoger a María no consiste solamente en amarla, en rezarla o en acudir a los santuarios donde se la venera, sino que también consiste en imitarla.

Imitarla cuidando de Jesús en los pobres, en los que sufren, en los que no tienen trabajo, en los enfermos, en los ancianos, en los niños… Acogiendo a María acogemos también a su Hijo, porque ella nos lo trae en sus purísimas entrañas. Como decía San Luis María Grignion de Montfort: «María es el camino más seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús.»


III DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A
«¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!»

11/12/2022

San Juan Bautista fue capaz de reconocer a Jesús estando en el mismo vientre de su madre. Ya ahí recibió la bendición del Espíritu Santo. También fue capaz de reconocerle en el Jordán, cuando Jesús se le acercó entre la multitud para ser bautizado. Sin embargo, estando encarcelado, no fue capaz de reconocerlo del todo. Tuvo sus dudas, su noche oscura. Escuchaba desde la cárcel noticias de Él, y algunas cosas le cuadraban, pero otras no.

De ahí la pregunta que le hace llegar a través de sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Hubo determinadas cosas en el obrar de Jesús que le llevaron a perder la seguridad que sin embargo tuvo en los dos momentos anteriores narrados en el Evangelio. Quizás incluso hubo cosas que le escandalizaran de Jesús.

A nosotros nos puede pasar lo mismo. Podemos tener noches oscuras, momentos de duda, pérdida de confianza en Dios cuando se presenten momentos difíciles, momentos de prueba. Nosotros también podemos llegar a escandalizarnos de Jesús al no comprender su manera de actuar.

Justamente en esos momentos nuestra Fe está siendo probada. Y esa prueba se supera confiando en Dios contra todo pronóstico, fiándonos de Él a pesar de las apariencias. Ya nos explicará Él «por qué» en su momento. Entonces seremos «bienaventurados», como nos promete en la Lectura de este domingo, porque nuestra Fe, nuestra fidelidad y confianza serán recompensadas.


II DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A
«Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.»

04/12/2022

No se andaba por las ramas San Juan Bautista. Como buen maestro de almas, era incisivo y directo con sus palabras, y ponía siempre el acento en la conversión, ya que sin esta conversión a Dios no hay verdadero cambio ni verdadera santidad en la vida del ser humano. «Tenéis que dar frutos de conversión.» La conversión no es sólo reconocer que hemos hecho el mal, aunque comience por ahí. La conversión implica un cambio de vida. Implica hacer cosas muy distintas a las que antes hacíamos y reconocer que aquellas estaban mal.

II Domingo de Adviento

Hoy tenemos el problema de que ya muchos no entienden que están obrando mal, porque no saben distinguir el bien del mal. ¿Cómo nos vamos a convertir, cómo vamos a cambiar, si no sabemos que tenemos que cambiar? Si consideramos que robar está bien, ¿cómo vamos a dejar de robar? Si consideramos que mentir está bien, ¿cómo vamos a dejar de mentir? Primero hace falta tener conciencia del bien y del mal. Pero no basta con esto. Hay que llevarlo a la práctica.

Tiene que haber auténticos frutos de conversión. Tiene que haber un verdadero proceso de cambio. Y esto es a lo que nos invita el Evangelio de este domingo. Estamos en tiempo de Adviento. Nadie debería pasar el Adviento sin confesarse. Tenemos que limpiar «la casa», y la casa es el alma. Esta confesión es muy importante y parte del examen de conciencia, pero pasa también por el propósito de enmienda. ¿Qué es lo que estropea mi vida? Ahí es donde tenemos que poner pronto el foco, porque el tiempo de vida es corto. «No os hagáis ilusiones», como bien dice el Bautista.


I DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.»

27/11/2022

Comenzamos este domingo un nuevo año litúrgico con el Adviento, que es un tiempo preparatorio para vivir el momento cumbre: el Misterio de la Navidad. No es sólo un tiempo litúrgico de preparación de la Iglesia, sino que lo es también para nuestra propia vida cristiana particular. En nuestro propio caminar diario nos estamos preparando para la Venida de Cristo a nuestras vidas, especialmente para el Encuentro definitivo con Él al final de nuestro peregrinaje terrenal.

I Domingo de Adviento

El Adviento es la etapa que nos prepara para el inicio del Misterio de la vida de Cristo, que es su Nacimiento, pero nosotros mismos nos estamos preparando para nuestro propio nacimiento a la vida futura del Cielo, nuestro nacimiento al mundo espiritual, a la Eternidad. Por eso las Lecturas de hoy nos recuerdan que esta vida presente es un tiempo de preparación, a la espera de ese momento cumbre.

Y, como el maestro bueno que quiere que todos sus alumnos aprueben el examen y pasen de grado, sin que uno solo de ellos se quede fuera por despiste o por falta de preparación, nos avisa con antelación y con insistencia, una y otra vez: «estad en vela», «estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»