Domingo de la Santisima Trinidad



26/05/2024

«Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.» Todas las Lecturas de este domingo giran en torno a esta idea: la duda. ¡Qué peligrosa es la duda, especialmente en tiempos difíciles que ponen tan a prueba nuestra Fe! San Pablo habla con total claridad en su carta a los Romanos: «No habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».»

Es decir, no hemos recibido un espíritu de cobardía, «sino de poder, de amor y de dominio propio». El Espíritu Santo que recibimos el día de nuestro bautismo nos tiene que dar esa misma fuerza, ese mismo coraje, esa misma valentía que dio a los primeros discípulos en momentos de grave persecución, recordando que a nosotros se nos han dado «pruebas, signos, prodigios y terribles portentos, como todo lo que hizo el Señor, vuestro Dios.»