En la Antigua Alianza, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado y sobre todo el pueblo mesiánico
Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los «sacramentos de la iniciación cristiana», cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. En efecto, a los bautizados «el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras»
INICIACIÓN CRISTIANA – CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN – OBJETIVOS.
Ayudar a conocer y aceptar la realidad del joven, para desde ahí reconocer a Jesús como modelo de hombre que da sentido a todas las aspiraciones e inquietudes, profundizando en su conocimiento de la fe para aceptarle como el Señor de su vida, el compromiso del reino desde su situación personal y social.
Ayudarles a profundizar en el auténtico sentido cristiano de los sacramentos, para prepararse a recibir sus frutos con la fuerza del Espíritu Santo, que los capacite para seguir a Jesús y ser consecuentes con sus compromisos eclesiales.
El Papa Francisco dedicó su catequesis al sacramento de la Confirmación, del que destacó que «afianza nuestra relación con la Iglesia y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para defender la fe y confesar el nombre de Cristo».
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy nos centraremos en el Sacramento de la Confirmación. Junto con el Bautismo y la Eucaristía, forma parte de un proceso único que se llama la iniciación cristiana, a través del cual somos insertados gradualmente en Cristo, muerto y resucitado y recibimos una vida nueva. El término Confirmación indica que este sacramento ratifica la gracia bautismal, nos une más firmemente a Cristo: afianza nuestra relación con la Iglesia y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para defender la fe y confesar el nombre de Cristo.
Como todo sacramento, la Confirmación es obra de Dios, que se preocupa de que nuestra vida sea plasmada a imagen de su Hijo, de hacernos capaces de amar como él, infundiéndonos su Espíritu Santo. Este Espíritu actúa con su fuerza en nosotros, en toda la persona durante toda la vida. Cuando lo acogemos en nuestro corazón, Cristo mismo se hace presente y toma forma en nuestra vida: es él quien reza, perdona, infunde esperanza, sirve a los hermanos más necesitados, crea comunión y siembra paz en nuestra vida. Es él el que hace esto.
* Catecismo de la iglesia Católica: Confirmación
Catecismo de la Iglesia Católica completo
* Fuente del Vaticano